De todos es sabido el incalculable valor del agua: llevar el agua hasta el grifo y devolverla al medioambiente tiene un coste económico que incluye el mantenimiento y mejora continúa de nuestras instalaciones. Además, las normas de calidad de agua para el consumo humano son muy estrictas.
Aún así el agua del grifo sigue siendo económica: un litro de agua es 1.000 veces más barata que una botella de agua mineral y el agua del grifo es la más vigilada del mundo, de ahí que siempre esté en perfecto estado de potabilidad.
Aquona desea que todos sus usuarios tengan perfectamente claro los conceptos por los que se le factura el agua, los impuestos que deben repercutirse y la normativa por la que se rigen estas tarifas.